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Mi Primer Perro ¿y Ahora Qué Hago?

Mi Primer Perro ¿y Ahora Qué Hago?

EneroFebrero 21, 2021

Esta pregunta se la hacen muchas personas al adoptar otro miembro de la familia, no es algo fácil introducir un perro a nuestro hogar. Una mascota es una responsabilidad, que tiene necesidades y lo más probable que este no será como el que deseamos o vemos en la televisión: todo obediente, educado, protector del hogar, limpio, bueno con los niños y otras animales, sociable, compañero fiel, que no rompe nada.

Todas estas cualidades las podremos lograr, pero va a depender de nosotros hacerlo. El cachorro no viene ya con estas características (no aconsejo comprar perros, adopta uno). Los perros rescatados son los mejores, pero pueden dar más trabajo ya que vivieron experiencias traumáticas en su corta vida. Nosotros seremos el que vamos a formar al perro, y no el perro a nosotros. Por eso aconsejo a todos los que van a adquirir su primer perro, estudien un poco la responsabilidad que implica tener uno, además deben aprender un poco de comportamiento canino para entender algunas de sus conductas.

El perro es un animal social, vive en manada (cuando llegan a casa, nuestra familia será su manada) y como en toda sociedad, debe haber un orden jerárquico para que todo funcione bien. El perro necesita un líder siempre; alguien que le diga que es lo bueno, que es lo malo, que comportamientos están bien y los que están mal. Si no hay líder, el perro asumirá el más alto grado de jerarquía y este se convertirá en el líder, amo y dueño de nuestro hogar y familia.

Desde cachorro, la manada le enseña reglas y normativas tales como saber que “dónde se duerme, no se hacen las necesidades”, que “la comida del otro no se respeta”, que el líder de la manada se puede ir de paseo y que puede volver o no. En el caso de la no vuelta del líder, en la manada que quedó, se producirá un nuevo orden jerárquico. Por eso, ni al primer perro, ni a los siguientes que tengamos, podemos colmarlo de cariño, mimos, dejarle hacer lo que quiera, ni tratarlo como humanos. De grande este cachorro hará lo mismo, morderá nuestras manos con más fuerza y pesará más del triple que hoy es. Al perro se le da cariño cuando conseguimos que haga algo que le pedimos o cuando está tranquilo y relajado.

El cachorro debe exponerse a la mayor cantidad de experiencias posibles, otros perros (esto es muy importante), gente, niños, autos, ruidos, etc. Todo esto sin hacerle daño psicológicamente ni físico por supuesto. El líder come tranquilo y sin la molestia de los inferiores jerárquicos (ellos esperan su turno). No debemos dejar que cuando nosotros comemos, este molestando, pidiendo, llorando para conseguir algo. Debe permanecer a la distancia que queramos pero tranquilo y esperando su turno. El perro de la familia o come mucho antes que nosotros o lo hace después. Toda caricia, comida o solo hablarle y mirarlo en momentos que el perro esta excitado, molestando o pidiendo, estamos reforzando esta conducta.

Es muy importante recordar que todo premio que le damos al perro en la situación en que esté, estamos reforzando esa conducta para siempre. Las buenas conductas se refuerzan y las malas también sin darnos cuenta. Un ejemplo: estamos comiendo, el cachorro se acerca nos pide un pedacito, se lo damos y eso es el refuerzo a su pedido. O cuando el perro se asusta por fuegos artificiales, en épocas festivas y nosotros lo cargamos o lo mimamos, allí estamos reforzando sus temores o conducta errónea. Dejarlo dormir con nosotros, puede ser un problema porque de adulto él creerá que esa cama es de él, y la reclamará cuando estemos en ella. Ese reclamo puede ser una mordida, esto ocurrirá solo si nuestro perro es el líder.

Cuando salimos del hogar, debemos irnos sin despedirnos del perro, y cuando llegamos se debe ignorar al perro hasta que esté tranquilo. Todo esto lo tienen que hacer todos los integrantes de la familia. No solo el padre para poner un ejemplo, ya que el perro lo respetará como líder pero a los demás integrantes no. Además el perro necesitará mucho pero mucho ejercicio (todos los integrantes deben pasear con él), no es para dejarlo encerrado todo el tiempo, confinado en el patio, no es un peluche y debemos darle la atención que se merece.

El perro es un animal social y necesita interactuar con toda el ente familiar. También necesitará atención veterinaria, baños y por supuesto alimentación. Si siguen estos sencillos pasos lograrán un perro tranquilo, equilibrado y seguramente estarán orgullosos de él de por vida.

M.V. Rubén Gonzáles